Las tarjetas EMV o de microcircuito cuentan con un pequeño pero poderoso microprocesador que puede proporcionar mayor seguridad, incrementar la velocidad de la transacción y ofrecer otras aplicaciones que permiten mejorar la experiencia de pago del consumidor, como, por ejemplo, programas de lealtad del comercio. La tecnología de tarjeta de microcircuito permite también expandir los pagos con tarjetas Visa a nuevos ambientes de aceptación como los medios de transporte público, las máquinas expendedoras y los estacionamientos.